lunes, 28 de febrero de 2011
Monólogo
Carlos mata! ¡sí, es un cavernícola!
No es que tenga mal carácter, no. Carlos Mata, actor de los más veteranos, decidió subirse también a las tablas con un monólogo. Y aunque no planea ventilar sus trapos íntimos sobre el escenario, entre sus planes está, sí, hacer desternillar de risa a lo espectadores con una pieza de éxito probado en América Latina que lleva el nombre de Cavernícola acerca del macho contemporáneo. El estreno está programado para el 18 de marzo en la sala de la Torre Corp Banca.
Fuente: "El Universal"
jueves, 24 de febrero de 2011
Nota sobre los personajes que interpretó Carlos
Doña Maruja recuerda a galanes de ayer: Carlos Mata
Carlos Mata tenía una belleza frágil, semi juvenil, que en vano envejecían con bigotes y canas falsas. Sin embargo, creó unos héroes recios, crueles, turbios, capaces de cometer actos de villanos, pero siempre dotados de un encanto hipnótico. Su nombre marcó una etapa en la telenovela venezolana y la universal.
Comenzó a fines de los 70’s, en papeles diminutos, aunque viéndolo en uno de ellos en María de los Ángeles (con Amanda Gutiérrez) quedé impresionada con su atractivo físico. Donde por primera destacó fue en Marisela, protagonizada por Tatiana Capote y Franklin Virgüez. Daba vida a un joven rico, acosado sexualmente por la mujer de su tío y enamorado de una chica pobre (Jeannette Rodríguez).
La química con Jeannette se trasladó, todavía ambos en roles secundarios, a Leonela. Ahí Jeannette era Paty, niña rica drogadicta y rebelde que muere de una sobredosis. Su madre, la otrora frívola Selenia (Cecilia Villarreal) busca consuelo en la amistad de un amigo de su difunta hija. Willy, es todo lo contrario a Selena, aparte de ser como veinte años menor, pero terminan enamorándose y Delia Fiallo tuvo el coraje de dejarlos juntos y felices al final de la historia.
Carlos Mata se convirtió en nombre y rostro reconocible, ayudado por una exitosa y paralela carrera musical. En 1984, tiene su primer protagónico junto a obviamente Jeannette Rodríguez en el mega éxito Cristal. Ahí dio vida al mismo rol que hoy interpreta William Levy en Triunfo del Amor. No solo fue un gran éxito, sino que los convirtió en pareja icónica. Afianzaría esa imagen su próximo y gran éxito La dama de rosa. Ese rol, lo había creado José Ignacio Cabrujas para Gustavo Rodríguez, por lo que se suponía que se trataba de un protagonista cuarentón. Para convertirse en Tito Clemente, Carlos Mata tuvo que avejentarse, incluso la voz la hizo un timbre más profunda y fue una caracterización digna del Oscar.
Tito Clemente era un empresario astuto, y aunque conservaba algunos escrúpulos en el mundo de los negocios, carecía de ellos en la alcoba. Tras hacer su fortuna con ayuda de su esposa (Dalila Colombo) la engañaba con otra (Carlota Sosa), lo que no le impedía seducir a una joven aspirante a actriz, llamada Gabriela Suarez (Jeannette Rodríguez), de quien se enamoraba. Como era hombre frio y calculador el amor no entraba en los planes. Tito terminaba su relación, ignorando que Gabriela esperaba un hijo. Al descubrir que su amante oficial (Sosa) tenia amores con el piloto de su jet privado (Félix Loreto), Tito mandaba darle una paliza al hombre con tan mala suerte, que junto con el piloto, golpeaban a Gabriela, dejándolos a ambos en coma.
Por una serie de circunstancias, Tito creía que Gabriela lo había engañado, y que estaba involucrada en tráfico de drogas, por lo que no levantaba un dedo para ayudarla cuando ya salida del coma, la enviaban a la cárcel. Años más tarde, adoptaba al niño de Gabriela, pero ella, tras huir de la cárcel, le preparaba una exquisita venganza en la que Tito, ahora casado con otra mujer (Gigi Zanchetta), pagaba todos sus errores y deslices del pasado. La Dama de rosa, como digna obra de Cabrujas, sigue siendo unas de las mejores producciones venezolanas de todos los tiempos y no fue opacada por su refrito Cambio de piel, precisamente porque esa pareja mágica Mata-Rodríguez fue la que le dio su toque especial
Unos años antes, Carlos Mata había compartido créditos con Maricarmen Regueiro en la miniserie Mansión De luxe donde daba vida a Rafa, otro pobre niño rico, que intentaba seducir a una criada. El ignoraba que ella era la hija de una familia masacrada por órdenes del padre de Rafa, que se había infiltrado en su casa para destruirlos. La química entre ambos actores motivó que los eligieran para protagonizar Señora, otra obra del insigne Cabrujas. Si el rol de Tito había sido un poco difícil de querer, Diego Mendoza era totalmente indigesto y hasta el día de hoy juro que solo se ganó al público por ser Carlos Mata. De hecho, después de Señora, quedé tan traumatizada que no vi Las Dos Dianas, que me dicen que fue uno de los mejores trabajos de Carlos Mata, pero lo que vi de él me dejo un recuerdo inmortal.
El juez Diego Mendoza está tan ocupado siendo infiel que ha permitido que Eugenia Montiel (Regueiro) pase más años que los debidos en la cárcel. Al descubrir su injusticia, el juez Mendoza visita a Eugenia en el hospital donde ha sido recluida tras una agresión en la cárcel. Fingiendo ser un enfermero, Diego inicia un romance muy curioso ya que no puede verla (ella tiene la cabeza y rostro vendados) y ella, por estar ciega, no lo ve. Finalmente, Diego decide reconciliarse con su mujer y antes de que le quiten las vendas a Eugenia, se marcha dejándole una carta con la verdad. Cuando la esposa del juez (Cristina Reyes) es asesinada, todo apunta a que fue Eugenia la culpable, sin embargo no hay fotos de ella y Diego empeñado en vengarse no la reconoce y se convierte en su amante sin saber quien es ella.
Eugenia, ahora María, trabaja con la perversa Constitución Méndez (Caridad Canelón), que a pesar de estar casada y de tener amante, se encapricha con Diego y hace lo imposible para separarlo de Eugenia. Cuando Diego descubre que María es Eugenia se lanza contra de ella en una venganza ciega y sorda a las protestas de inocencia de ella y a las muchas pruebas a su favor.
Incluso cuando en el juicio se la declara inocente, Diego continua persiguiéndola y permite que Constitución se quede con el hijo de la mujer que él dice amar. A diferencia de muchos héroes pusilánimes que conocemos, el rencor y la crueldad de Diego Mendoza eran parte de una dinámica propia. No lo influía nadie. Sin embargo, recuerdo que todas estábamos enamoradas de él, como no nos enamoraría el mismo personaje en versiones posteriores de Señora.
Fuente: Univisión.com